La micropigmentación es una especialidad estética cuyo objetivo es corregir, modificar, embellecer y equilibrar los rasgos faciales, sobre todo de cejas, labios y párpados.

También se emplea para corregir daños causados por tratamiento médicos muy agresivos. La micropigmentación puede ayudar a camuflar la calvicie, cicatrices, quemaduras, o reconstruir aureólas mamarias, etc.

En esta técnica se depositan pigmentos en la zona que se desea pigmentar con la ayuda de una aguja, solo a nivel epidérmico, el proceso provoca una cierta incomodidad, todo depende de la sensibilidad de cada persona y de cada zona a micropigmentar. No se trata de un tatujae, la micropigmentación tiene una duración limitada y requiere de ciertos retoques.

El microblading se puede considerar como una rama de la micropigmentación, pero en lugar de usar una máquina eléctrica, el instrumento usado es manual. La aplicación de microblading pelo a pelo se realiza con una aguja especial de línea muy fina que está sujeta en una especie de pluma que logra un efecto muy natural para embellecer la ceja.

El microblading tiene su origen en una técnica de tatuaje asiática antigua que se llama “Tebori”, una palabra japonesa que significa “tatuaje a mano”.
Aunque la duración es inferior a la micropigmentación, es un tratamiento ideal para la persona que quiere mejorar el aspecto de su ceja con un efecto muy natural, ya sea para la corrección de cejas poco pobladas o una alopecia total.

La implantación de pigmento superficial evita la posibilidad de migración manteniendo la integridad de las líneas dibujadas.

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